Importancia histórica de los eclipses
Existen numerosas referencias históricas de este tipo de fenómenos en distintas épocas y culturas; así constan documentados eclipses en el año 709 a. C. en China o en el 332 a. C. en Babilonia.
El eclipse solar más antiguo del que existe constancia sucedió en China el 22 de octubre del año 2137 a. C., y al parecer costó la vida a los astrónomos reales Hsi y Ho, los cuales no supieron predecirlo a tiempo.
Los eclipses de Sol y Luna han representado mucho para el desarrollo científico.
Fueron los griegos los que descubrieron el período Saros que les permitió predecir eclipses.
Fueron los griegos los que descubrieron el período Saros que les permitió predecir eclipses.
Por otra parte, Aristarco de Samos (310 a. C.-230 a. C.) determinó por primera vez la distancia de la Tierra a la Luna mediante un eclipse total de Luna.
Hiparco (194 a. C.-120 a. C.) descubrió la Precesión de los equinoccios basándose en eclipses lunares totales cerca de los Equinoccios y en unas tablas para el Sol, y mejoró la determinación de la distancia de la Tierra a la Luna realizada por Aristarco.
Kepler propuso usar los eclipses de Luna como una señal absoluta para medir la longitud geográfica de un lugar sobre la Tierra.
Hacia 1695 Edmond Halley, comparando observaciones contemporáneas con registros históricos de antiguos eclipses, sugiere que la Luna se ha estado acelerando gradualmente en su órbita.
Unos años más tarde Richard Dunthorne cuantificó el efecto en +10" arcosegundos/siglo^2 en términos de la diferencia de longitud lunar.
Hoy es sabido que lo que realmente está sucediendo es una ligerísima disminución en la velocidad de rotación de la Tierra.
Durante siglos, el fenómeno de fricción de marea ha ido ralentizando la velocidad de rotación de la Tierra tal que la duración del día ha ido aumentando a un ritmo de 2,3 milisegundos cada siglo.
Durante el siglo XIX se produce un gran avance en espectroscopia que permite descubrir el helio en el Sol y Einstein resuelve el enigma del excesivo avance del perihelio de Mercurio y la curvatura de la luz cerca del Sol.
Los eclipses del Sol son una brillante confirmación de la Teoría de la Relatividad
Fecha del eclipse | Nombre | Referencia | Ubicación |
---|---|---|---|
30 de noviembre de 3340 a. C. | megalito irlandés Loghcrew | Griffin | Irlanda |
9 de agosto de 2133 a. C. | Hsi/Ho | China | |
3 de mayo de 1375 a. C. | Ugarit | ||
5 de junio de 1302 a. C. | China | ||
16 de abril de 1178 a. C. | en la Odisea | Homero | Norte de África |
20 de abril de 899 a. C. | Doble atardecer | China | |
15 de junio de 763 a. C. | Eclipse asirio | Mesopotamia | |
6 de abril de 648 a. C. | Eclipse de Arquíloco | Grecia | |
28 de mayo de 585 a. C. | Medos contra lidios | Heródoto | Grecia |
19 de mayo de 557 a. C. | Sitio de Larisa | Grecia | |
2 de octubre de 480 a. C. | Jerjes | Grecia | |
3 de agosto de 431 a. C. | Guerra del Peloponeso | Grecia | |
21 de marzo de 424 a. C. | octavo año de la Guerra del Peloponeso | Grecia |
Circunstancias locales
Los eclipses de Sol y Luna se diferencian en dos aspectos fundamentales: Los eclipses de Luna son:
-
- Fenómenos objetivos
- Iguales y únicos para todos los observadores.
Los eclipses de Sol son:
-
- Fenómenos subjetivos
- Distintos para cada observador local.
Esto significa que el eclipse de Luna es objetivo porque la luna iluminada por el Sol entra en el cono de sombra de la Tierra durante el eclipse y deja de recibir la radiación solar.
El suelo lunar (de la cara visible y en la parte de la Luna que entra en la sombra) sufre en pocas horas una fluctuación de temperatura que oscila entre 130 y -100 °C. Mientras la cara oculta sólo sufre esta oscilación lentamente cada 29,5 días.
Supongamos el polo formado por el observador que tiene la Luna en su cenit en el momento del eclipse de Luna. Todos los observadores de este hemisferio ven el eclipse de Luna y lo ven todos igual. Basta la descripción de un observador para ser fiel reflejo del fenómeno.
Por el contrario, los eclipses de Sol son fenómenos subjetivos, pues residen en la sensación del observador y no en el objeto eclipsado, el Sol.
Un observador que disfruta de un eclipse total de Sol, vive sobre la Tierra en una zona circular de unos 200 km de diámetro. La rotación de la Tierra se encarga de que esta zona se vaya desplazando por la superficie de la Tierra siempre de oeste a este, formando una banda de totalidad.
Fuera de ella los observadores hablarán de eclipse parcial, y más lejos aún el Sol habrá brillado como todos los días. Así pues las características del fenómeno y la hora a la que ocurre son distintas para cada observador.
Naturalmente, en la zona eclipsada de la Tierra la falta de radiación solar produce una serie de fenómenos objetivos, como disminución de la temperatura, vientos por la diferencia de temperaturas con la zona no eclipsada, etc.
Según las últimas teorías se cree que estos efectos locales están relacionados con el efecto Allais, consistente en la inexplicable variación del periodo del péndulo de Foucault durante el eclipse solar.
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